The City Next Door

Una experiencia imperdible en Abruzzo: cenar en un trabocco!

Agosto 08, 2022

La Costa dei Trabocchi, es un tramo del litoral abruzzese que va desde la localidad de Ortona y que se extiende hasta Vasto. Debe su nombre a los “trabocchi”, palafitos que se encuentran a pocos metros de la orilla. 

Para muchos, las mejores playas de Abruzzo se encuentran en este espléndido tramo de costa. Sin embargo, la Costa dei Trabocchi va más allá de playas vírgenes con aguas cristalinas, es un lugar que sin duda define parte de la identidad de la región, y que además alberga algunos de los pueblos más bonitos de Italia (Rocca San Giovanni), lugares icónicos (Eremo Dannunziano), lugares de culto religioso (Abadía de San Giovanni in Venere) y por supuesto, excelentes lugares para probar lo mejor de la tradición culinaria en Abruzzo.

¿Qué es un trabocco?

El Trabocco es una antigua máquina de pesca, además de vivienda, construido con material proveniente del “Pino d’Aleppo”, lo que lo hace resistente a la sal del mar y a los fuertes vientos que en ocasiones azota el mar Adriático. Su origen no es claro y se remonta a muchos siglos atrás. Algunos de ellos aún se mantienen operativos, y lo que podría llamar más la atención, es que también fueron convertidos en restaurantes. 

Así que nos preguntamos, ¿cómo sería cenar en un trabocco a la luz del atardecer?

Trabocco Cala Turchino

Trabocco Punta Cavalluccio

Como reservar

Estar en el mar, degustando deliciosos platos y vinos típicos de la región con el sonido de las olas de fondo, mientras se observa el atardecer caer sobre el mar Adriático, hacen de cenar en un trabocco, una experiencia realmente fascinante. Es por esto, que las reservaciones deben realizarse con suficiente tiempo de anticipación. 

Nosotros decidimos ir al Trabocco Punta Cavalluccio, y realizar la reservación un mes antes de nuestra llegada, siguiendo los contactos publicados en su página web.

Trabocco Punta Cavalluccio

El Trabocco Punta Cavalluccio es quizás uno de los más llamativos de toda la costa. Fue construido en el año 1887 y pertenece a la familia Verì, considerada la más antigua de todos los “traboccanti”. El trabocco se encuentra a pocos metros de la orilla y desde él, el panorama es sencillamente espectacular. 

La entrada al trabocco está conformada por un pequeño puente que va desde la orilla del mar hasta el trabocco mismo. La estructura está hecha completamente de madera y está repleta de adornos que hacen alusión al mar. 

Fuimos recibidos cordialmente por una anfitriona, quien nos dio la posibilidad de elegir la mesa. Nosotros, por supuesto, elegimos una mesa cercana a los bordes del trabocco para tener una vista limpia y clara tanto del mar como de la costa. 

Dato curioso: el mismo día de nuestra cena, estuvimos explorando el pueblo de Pennapiedimonte, una pequeña y encantadora localidad con menos de 500 habitantes, ubicada en la Maiella. Si, has leído bien, la Maiella, la montaña madre de Abruzzo. En la tarde estuvimos en la montaña y en la noche cenamos en el mar Adriático . . .  nada mal!!

La cena

Cuando de comer se trata, Abruzzo es el lugar perfecto. En esta ocasión, el trabocco ofrece un menú fijo con un precio de 70 euros sin incluir la bebida. La cena estuvo compuesta aproximadamente por 10 platos, que incluyeron antipasto, primer plato, segundo plato, dulce, un liquor y finalmente el café. En cuanto a la bebida, nosotros optamos por dos copas de vino rosado, pero la selección es amplia, el menú está compuesto por una variada gama de los mejores vinos de la región. 

Nuestra estadía en el trabocco duró aproximadamente tres horas. Durante la cena, tienes la posibilidad de levantarte de tu mesa y caminar por el trabocco. Puedes hacerte fotos, prestar atención a cada detalle de la estructura, o sencillamente estar parado junto al borde para observar el maravilloso panorama en el que estás. 

Cenar prácticamente en el mar, acompañados del sonido de las olas mientras observábamos los colores del atardecer caer al horizonte, hicieron de esta cena una experiencia única y que podríamos repetir infinitas veces.

Una experiencia imperdible en Abruzzo: cenar en un trabocco!

Agosto 08, 2022

La Costa dei Trabocchi, es un tramo del litoral abruzzese que va desde la localidad de Ortona y que se extiende hasta Vasto. Debe su nombre a los “trabocchi”, palafitos que se encuentran a pocos metros de la orilla. 

Para muchos, las mejores playas de Abruzzo se encuentran en este espléndido tramo de costa. Sin embargo, la Costa dei Trabocchi va más allá de playas vírgenes con aguas cristalinas, es un lugar que sin duda define parte de la identidad de la región, y que además alberga algunos de los pueblos más bonitos de Italia (Rocca San Giovanni), lugares icónicos (Eremo Dannunziano), lugares de culto religioso (Abadía de San Giovanni in Venere) y por supuesto, excelentes lugares para probar lo mejor de la tradición culinaria en Abruzzo.

Trabocco Punta Cavalluccio

¿Qué es un trabocco?

El Trabocco es una antigua máquina de pesca, además de vivienda, construido con material proveniente del “Pino d’Aleppo”, lo que lo hace resistente a la sal del mar y a los fuertes vientos que en ocasiones azota el mar Adriático. Su origen no es claro y se remonta a muchos siglos atrás. Algunos de ellos aún se mantienen operativos, y lo que podría llamar más la atención, es que también fueron convertidos en restaurantes. 

Así que nos preguntamos, ¿cómo sería cenar en un trabocco a la luz del atardecer?

Como reservar

Estar en el mar, degustando deliciosos platos y vinos típicos de la región con el sonido de las olas de fondo, mientras se observa el atardecer caer sobre el mar Adriático, hacen de cenar en un trabocco, una experiencia realmente fascinante. Es por esto, que las reservaciones deben realizarse con suficiente tiempo de anticipación. 

Nosotros decidimos ir al Trabocco Punta Cavalluccio, y realizar la reservación un mes antes de nuestra llegada, siguiendo los contactos publicados en su página web.

Trabocco Punta Cavalluccio

El Trabocco Punta Cavalluccio es quizás uno de los más llamativos de toda la costa. Fue construido en el año 1887 y pertenece a la familia Verì, considerada la más antigua de todos los “traboccanti”. El trabocco se encuentra a pocos metros de la orilla y desde él, el panorama es sencillamente espectacular. 

La entrada al trabocco está conformada por un pequeño puente que va desde la orilla del mar hasta el trabocco mismo. La estructura está hecha completamente de madera y está repleta de adornos que hacen alusión al mar. 

Fuimos recibidos cordialmente por una anfitriona, quien nos dio la posibilidad de elegir la mesa. Nosotros, por supuesto, elegimos una mesa cercana a los bordes del trabocco para tener una vista limpia y clara tanto del mar como de la costa. 

Dato curioso: el mismo día de nuestra cena, estuvimos explorando el pueblo de Pennapiedimonte, una pequeña y encantadora localidad con menos de 500 habitantes, ubicada en la Maiella. Si, has leído bien, la Maiella, la montaña madre de Abruzzo. En la tarde estuvimos en la montaña y en la noche cenamos en el mar Adriático . . .  nada mal!!

La cena

Cuando de comer se trata, Abruzzo es el lugar perfecto. En esta ocasión, el trabocco ofrece un menú fijo con un precio de 70 euros sin incluir la bebida. La cena estuvo compuesta aproximadamente por 10 platos, que incluyeron antipasto, primer plato, segundo plato, dulce, un liquor y finalmente el café. En cuanto a la bebida, nosotros optamos por dos copas de vino rosado, pero la selección es amplia, el menú está compuesto por una variada gama de los mejores vinos de la región. 

Nuestra estadía en el trabocco duró aproximadamente tres horas. Durante la cena, tienes la posibilidad de levantarte de tu mesa y caminar por el trabocco. Puedes hacerte fotos, prestar atención a cada detalle de la estructura, o sencillamente estar parado junto al borde para observar el maravilloso panorama en el que estás.

Cenar prácticamente en el mar, acompañados del sonido de las olas mientras observábamos los colores del atardecer caer al horizonte, hicieron de esta cena una experiencia única y que podríamos repetir infinitas veces.